que shevre
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viernes, 6 de noviembre de 2009
jueves, 5 de junio de 2008
martes, 13 de mayo de 2008

Se llamaba Patricia y siempre tenía dinero ajeno en los bolsillos. Cuando me falta algo, consigo un enamorado que me lo compre. ¿Quieres salir conmigo?, saca plata pues. Prometí, más de una vez, ahorrar cada centavo, cada peseta, cada moneda de 10 céntimos para salir con ella, pero mis ganas de comprar todos los libros del planeta, me derrotaron.
¿Si salió conmigo? Sí, salió dos veces. La primera duró pasó el rato reprochándome que fuera un hijito de papá, como decía ella. Después de insultarme a su gusto y arrastrar mi ego por el suelo enfangado de Trujillo, me besó en los labios, así como quien no quiere la cosa, y me pidió que la ayude con su tarea de computación. Ya pues, tú sabes bastante de ello. Acepté.
Si bien es cierto que el amor te vuelve estúpido, los problemas aparecen cuando ya eres estúpido y encima te enamoras. Patricia (le decían “Putricia” de cariño) llegaba a mi casa, prendía la PC, almorzaba sin invitación, tocaba mi guitarra, me gritaba y se iba. ¿Por qué no le decía nada?, por que no podía ni hablar cuando estaba cerca.
Si habría Olimpiadas de la manipulación ella se llevaba el oro, suavecito, sin arrugar su uniforme. Sería normal, verla ahí, paradita en el podio con cinco mil medallas, el estadio rindiéndose ante su cabellera rubia (pintada pero bien cuidada), y ella ahí, linda tratando de planear una estratégia para sacarle plata a su entrenador, yo. La segunda vez (que salí con ella), fue la única vez que la vi llorar.
Quizá fue la emoción de aprobar el examen de computación, y puta, Lucho, me has prestado tu máquina y hay que celebrar. Celebramos, con bastante vodka y jugo de naranja en mi casa, pero no lloraba por éso. Lloraba por que, según ella, estaba abriendo su corazón.
Hablamos por primera vez. Contó de sus planes de fuga, de sus sueños cantar en una banda, de cómo se sentía sola, de su falta de billete. No llores, alcancé a decir. Me abrazó y terminamos con los corazones enredados y como dice la canción desnudos al amanecer nos sorprendió la luna
Las lágrimas son fáciles de fingir. Mis palabras nunca significaron nada para ella, ni para nadie. Quisiera no decir que nunca la volví a ver, y definitivamente no vale contar que cuando desperté, quise morir. No podía encontrar mi billetera, ni mi arito de plata de la suerte, ni mis lágrimas, ni mi vida. Se llamaba Patricia, y la odio
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Se llamaba Patricia y siempre tenía dinero ajeno en los bolsillos. Cuando me falta algo, consigo un enamorado que me lo compre. ¿Quieres salir conmigo?, saca plata pues. Prometí, más de una vez, ahorrar cada centavo, cada peseta, cada moneda de 10 céntimos para salir con ella, pero mis ganas de comprar todos los libros del planeta, me derrotaron.
¿Si salió conmigo? Sí, salió dos veces. La primera duró pasó el rato reprochándome que fuera un hijito de papá, como decía ella. Después de insultarme a su gusto y arrastrar mi ego por el suelo enfangado de Trujillo, me besó en los labios, así como quien no quiere la cosa, y me pidió que la ayude con su tarea de computación. Ya pues, tú sabes bastante de ello. Acepté.
Si bien es cierto que el amor te vuelve estúpido, los problemas aparecen cuando ya eres estúpido y encima te enamoras. Patricia (le decían “Putricia” de cariño) llegaba a mi casa, prendía la PC, almorzaba sin invitación, tocaba mi guitarra, me gritaba y se iba. ¿Por qué no le decía nada?, por que no podía ni hablar cuando estaba cerca.
Si habría Olimpiadas de la manipulación ella se llevaba el oro, suavecito, sin arrugar su uniforme. Sería normal, verla ahí, paradita en el podio con cinco mil medallas, el estadio rindiéndose ante su cabellera rubia (pintada pero bien cuidada), y ella ahí, linda tratando de planear una estratégia para sacarle plata a su entrenador, yo. La segunda vez (que salí con ella), fue la única vez que la vi llorar.
Quizá fue la emoción de aprobar el examen de computación, y puta, Lucho, me has prestado tu máquina y hay que celebrar. Celebramos, con bastante vodka y jugo de naranja en mi casa, pero no lloraba por éso. Lloraba por que, según ella, estaba abriendo su corazón.
Hablamos por primera vez. Contó de sus planes de fuga, de sus sueños cantar en una banda, de cómo se sentía sola, de su falta de billete. No llores, alcancé a decir. Me abrazó y terminamos con los corazones enredados y como dice la canción desnudos al amanecer nos sorprendió la luna
Las lágrimas son fáciles de fingir. Mis palabras nunca significaron nada para ella, ni para nadie. Quisiera no decir que nunca la volví a ver, y definitivamente no vale contar que cuando desperté, quise morir. No podía encontrar mi billetera, ni mi arito de plata de la suerte, ni mis lágrimas, ni mi vida. Se llamaba Patricia, y la odio
lunes, 12 de mayo de 2008
Y tú que quieres que sea, niño o niña, me preguntó mi viejo. Bueno, quisiera que sea niño, para jugar, dije. Fue niña, mi papá llamó a la casa para darnos la noticia, almorcé como pude y fui al hospital. Y es así como Karina apareció en mi mundo, acostadita en un Moisés de lona. Hola, yo soy tu hermano, el rebelde, fue lo primero que dije, mientras miraba admirado que todo su cabello estaba parado.
A lo largo de mi vida, los mejores recuerdos que tengo tienen siempre su presencia, como un sello inolvidable. Como cuando volví de Lima, con mucha pena y sin ninguna gloria. Sus dos o tres años, le alcanzaron para recibirme en la puerta de mi casa y darme la mejor bienvenida que hasta ahora me han dado. Me abrazó y dijo ¿Vamosh Casha? (¿vamos a la casa?) Que más podía pedir…
Aquí escribes el resto del contenido que no se veraA veces abusé de esta amistad, cuando me enojaba con ella, la amenazaba con volver a Lima, o quitarle algún regalo, y ella lloraba inconsolable. Tenía que decirle entonces que era broma, que nunca más me iba a ir, que la iba a cuidar. Quien diría que, iba a ser ella quien terminaría cuidándome. Si de algo estoy seguro, es que no podría entender este mundo, si no es caminando tomado de su mano.
Hicimos millones de travesuras juntos. Creamos una nueva Karina en una ficha del jardín, que hicimos de nuevo por que habíamos escrito que su pelo era castaño y muy largo, y sus ojos eran marrones. Fui su estricto entrenador para una durísima carrera de triciclos, además de ser fotógrafo, camarógrafo y editor oficial de cada una de sus presentaciones artísticas en el jardín 55, por que ella actuaba en todas, eso sí.
viernes, 9 de mayo de 2008
José y Gilmer, no se conocen, pero comparten un mismo destino. Sábado por la mañana, mientras otros niños de su edad, todavía duermen o juegan, ellos soportan, el peso de la vida sobre sus brazos, en medio del Infierno de tráfico y gente que reina a esa hora en el mercado San Antonio
El día avanza y no hay tiempo para juegos. Fruta, verdura, carnes, ellos lo cargan todo. Hay que caminar por el mercado, esperando que el carrito se llene. Llevan en sus carretillas, alimentos que no son para su mesa. Ese es su destino, esa es la tarea que la vida les dió.
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¿Quieres más?
La convención 138 de la Organización Internacional del Trabajo, se establece, la edad mínima para el trabajo es 15 años en países industrializados, y 14 años en los demás países. José, tiene diez años, Gilmer ocho. Y es que la necesidad a veces no entiende de política.
*Declaraciones de Matilde Becerra, Sub. Gerencia DEMUNA. (Esa es una irresponsabilidad de los padres…)
Es mediodía y el mercado parece haber cobrado vida. José camina de un lado a otro envuelto en un círculo vicioso Luego, ya con las canastas llenas, buscarán un taxi que se llevará su trabajo, hacia quién sabe donde. Le pagan con una moneda. Ahora, hay que comenzar de nuevo.
La declaración Derechos del Niño, en su artículo número nueve señala No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Declaraciones de la madre de familia, está bien que trabajes.
• Declaraciones de Elder Portal Rojas “no le puedes decir a un niño que no trabaje”
Esta es una historia de trabajo, es una historia de pies cansados que caminan una y otra vez, al nuestro lado sin que nos demos cuenta. Cansancio es una palabra que fingen no conocer, el día no acaba y para ellos, el trabajo tampoco. La carretilla, es su mejor amiga. Si el cuerpo no resiste, si el cansancio aparece, tratarán que no se note.
* José, si la verdad estoy cansado.
Según UNICEF existen en el Perú dos millones de niños trabajadores. En MANTHOC, conocido como Movimiento de Adolescentes y Niños trabajadores hijos de obreros cristianos, creen en lo positivo del trabajo infantil, y en la posibilidad de un niño trabajador autosuficiente.
* Elder sobre justificación del trabajo
MANTHOC ha implementado también talleres de capacitación dirigidos a los 500 niños trabajadores que agrupa. Se trata de brindarles un mejor futuro a quienes cargan con la responsabilidad económica en su familia.
* Alex Aquino, hablando sobre carpintería.
El Instituto de Investigación Capacitación y Promoción Jorge Basadre, es otra organización que también brinda a una luz de esperanza a quienes parecen haberla perdido.
• Habla el responsable de Jorge Basadre, políticas…
• Habla Elder, políticas.
Los gobiernos locales deben proponer soluciones a este problema. Algo más se podría hacer en favor de estos niños para que la melodía de sus corazones suene distinta.
Imágenes de ellos, y José cantando (se visten las imágenes con niños caminando).
José y Gilmer, no se conocen, pero comparten un mismo destino. Sábado por la mañana, mientras otros niños de su edad, todavía duermen o juegan, ellos soportan, el peso de la vida sobre sus brazos, en medio del Infierno de tráfico y gente que reina a esa hora en el mercado San Antonio
El día avanza y no hay tiempo para juegos. Fruta, verdura, carnes, ellos lo cargan todo. Hay que caminar por el mercado, esperando que el carrito se llene. Llevan en sus carretillas, alimentos que no son para su mesa. Ese es su destino, esa es la tarea que la vida les dió.
La convención 138 de la Organización Internacional del Trabajo, se establece, la edad mínima para el trabajo es 15 años en países industrializados, y 14 años en los demás países. José, tiene diez años, Gilmer ocho. Y es que la necesidad a veces no entiende de política.
*Declaraciones de Matilde Becerra, Sub. Gerencia DEMUNA. (Esa es una irresponsabilidad de los padres…)
Es mediodía y el mercado parece haber cobrado vida. José camina de un lado a otro envuelto en un círculo vicioso Luego, ya con las canastas llenas, buscarán un taxi que se llevará su trabajo, hacia quién sabe donde. Le pagan con una moneda. Ahora, hay que comenzar de nuevo.
La declaración Derechos del Niño, en su artículo número nueve señala No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Declaraciones de la madre de familia, está bien que trabajes.
• Declaraciones de Elder Portal Rojas “no le puedes decir a un niño que no trabaje”
Esta es una historia de trabajo, es una historia de pies cansados que caminan una y otra vez, al nuestro lado sin que nos demos cuenta. Cansancio es una palabra que fingen no conocer, el día no acaba y para ellos, el trabajo tampoco. La carretilla, es su mejor amiga. Si el cuerpo no resiste, si el cansancio aparece, tratarán que no se note.
* José, si la verdad estoy cansado.
Según UNICEF existen en el Perú dos millones de niños trabajadores. En MANTHOC, conocido como Movimiento de Adolescentes y Niños trabajadores hijos de obreros cristianos, creen en lo positivo del trabajo infantil, y en la posibilidad de un niño trabajador autosuficiente.
* Elder sobre justificación del trabajo
MANTHOC ha implementado también talleres de capacitación dirigidos a los 500 niños trabajadores que agrupa. Se trata de brindarles un mejor futuro a quienes cargan con la responsabilidad económica en su familia.
* Alex Aquino, hablando sobre carpintería.
El Instituto de Investigación Capacitación y Promoción Jorge Basadre, es otra organización que también brinda a una luz de esperanza a quienes parecen haberla perdido.
• Habla el responsable de Jorge Basadre, políticas…
• Habla Elder, políticas.
Los gobiernos locales deben proponer soluciones a este problema. Algo más se podría hacer en favor de estos niños para que la melodía de sus corazones suene distinta.
Imágenes de ellos, y José cantando (se visten las imágenes con niños caminando)..
